El Brexit o la retirada del Reino Unido de la Unión Europea, es en este momento una de las mayores preocupaciones para la economía mundial. La decisión ya es delicada de por sí, pero aún peor es la incertidumbre que está generando que el tiempo corra y cada vez se vea más difícil alcanzar un acuerdo que convenza a todas las partes.
En lo que casi todos parecen de acuerdo es en que una ruptura sin acuerdo sería perjudicial para la economía. Y en que ante el poco tiempo que falta, lo más sensato es prepararse para el peor de los escenarios: una salida de la UE sin acuerdo. Algo que llegará automáticamente el 29 de marzo de 2019 si el Parlamento Británico no logra validar el pacto con Europa o si no se prorroga el artículo 50 del Tratado de Lisboa.
Previsión ante la incertidumbre en la UE
La Comisión Europea, consciente de la situación, ya ha instado a los Estados Miembros a tomar decisiones para dar continuidad a las relaciones comerciales y de tránsito así como afrontar los efectos más adversos de un posible Brexit duro. Asimismo, ha previsto medidas de contingencia para paliar las esperables perturbaciones en el transporte por carretera.
Una ruptura sin acuerdo supondría que la autorización comunitaria dejaría de ser válida y los derechos de acceso al mercado se limitarían a los permisos ofrecidos en el marco de la Conferencia Europea de Ministros de Transportes. Esto se traduce por ejemplo en que el tráfico permitido se vería drásticamente reducido.
En el caso español, las empresas que realizan transporte internacional, ya están solicitando al Ministerio de Fomento estas autorizaciones, que serían las únicas válidas para acceder al Reino Unido. El problema es que el cupo es limitado, por lo que para 2019 Fomento ha establecido un procedimiento preceptivo de consulta previo, para resolver el número de acreditaciones que finalmente se concederán. Los transportistas españoles se quejan también ante Fomento de la falta de información sobre los efectos del Brexit. Y es que en 2017 Reino Unido fue el tercer mercado más importante para España, representando un 7,2% del total de las exportaciones.
Paralelamente, la Comisión Europea ha iniciado los trámites para implementar una regulación común temporal que asegure una conectividad básica del transporte de mercancías por carretera en 2019. Esta regulación deberá ser aprobada de forma exprés antes de finales de marzo y contar con la conformidad de Reino Unido.
En cuanto a tráfico marítimo, hará falta incorporar actividad aduanera y nuevos trámites comerciales. Así lo ha anunciado el puerto de Rotterdam, el más grande de la UE, que afronta el futuro con la misma filosofía, preparándose para el más restrictivo de los escenarios. Y es que si llegase el Brexit duro, el comercio con Reino Unido pasaría a tratarse con el régimen dictado por la Organización Mundial del Comercio, sin ningún tipo de ventaja adicional.
Reino Unido ensaya con el peor escenario en mente
También Reino Unido está inmerso en una carrera contrarreloj para prepararse ante lo que pueda traer un Brexit duro en materia de logística y comercio. La propia Theresa May acordó convertir en “prioridad operativa” estos preparativos a finales de 2018.
El Ministerio de Transporte británico quiere asegurarse de que las rutas comerciales de importación se mantengan ante un Brexit sin acuerdo. Así, ha cerrado tratos con líneas de ferry europeas para garantizar el flujo de carga entre las islas y el continente y que no haya retenciones derivadas de los nuevos controles fronterizos, especialmente de mercancías básicas como alimentos o medicinas. Estas rutas adicionales diversificarían parte del tráfico del Puerto de Dover a otros puertos británicos secundarios.
Las autoridades británicas también temen que haya atascos de camiones en las zonas de actividad portuaria. Por ello, han realizado simulacros de caravanas de camiones para probar cómo se comportaría la red de carreteras ante un atasco en su puerta de entrada principal a la Europa continental, el Canal de La Mancha.
Simulaciones y preparativos necesarios por ambas partes, que el mundo del transporte y la logística espera que finalmente no sean necesarias y que se alcance un tratado de comercio que facilite las cosas.