En 2019 vamos a oír hablar y mucho de los scrubbers, un complemento indispensable para los buques que quieran disminuir sus emisiones de azufre. El sector marítimo afronta una reconversión para acabar con la contaminación ambiental, en la que estos sistemas tendrán un rol clave.
¿Qué es y cómo funciona un scrubber?
También conocidos como lavadores de gases, los scrubbers son sistemas de depuración de emisiones atmosféricas. Gracias a su tecnología, se despoja una emisión de los gases contaminantes que porta y son tan nocivos para la atmósfera, como el azufre que emiten los barcos. El scrubber, que tiene forma de depósito cilíndrico, captura este gas y mediante un líquido, neutraliza los componentes contaminantes.
Este líquido puede ser agua, un reactivo químico o una mezcla de ambos, dependiendo de los contaminantes a tratar. Los derivados del nitrógeno pueden ser absorbidos en un medio ácido, mientras que los derivados del azufre pueden ser eliminados en un medio alcalino u oxidante. Incluso hay ciertos contaminantes muy solubles al agua que no necesitan de reactivos químicos en el proceso de lavado.
Sin embargo, el resultado del contacto del líquido con el gas es siempre el mismo: la separación de las moléculas contaminantes. Así, obtenemos un gas limpio, sin toxicidad y cuyas emisiones no perjudican a la atmósfera.
El papel de los scrubbers ante la regulación de la OMI
Si aplicamos esta tecnología a las embarcaciones, obtendremos un gas libre de azufres que cumple con los objetivos de la OMI de descarbonización del transporte marítimo. Así se entiende el auge de estos scrubbers a un año de la regulación de los límites del azufre en los combustibles marinos. A partir de 2020, las opciones pasarán por usar combustibles menos contaminantes o descontaminar los tradicionales.
Muchos armadores se están lanzando ya a la utilización de estos sistemas de lavado de gas contaminante. Las cifras que baraja un informe de la consultora Drewry, hablan de 266 portacontenedores equipados con scrubbers, lo que suma una capacidad de 2,2 millones de TEU. Se trata además de una penetración en la que priman los grandes buques, de modo que aunque sólo represente un 5% del total de embarcaciones, se acerca al doble en cuestión de capacidad.
Peligros de la implantación de scrubbers
Puesta de relevancia la conveniencia de la instalación de este tipo de sistemas, cabe decir que esta precipitada adaptación de los buques mediante scrubbers tiene sus riesgos. El más evidente, es el económico, derivado de la propia instalación y posterior uso. Un precio a pagar que se agrava por la incertidumbre ante futuras regulaciones ambientales.
Un elemento fundamental en la rentabilidad de los scrubbers es la disponibilidad de fuelóleo con alto contenido en azufre (HSFO). Gracias a la implantación de depuradores, los buques podrán seguir consumiendo este tipo de combustible, pero es difícil medir la futura demanda y, en consecuencia, su precio. Las previsiones eran de abaratamiento del HSFO para 2020 en relación con otros combustibles que cumplan el límite de 0,50% de emisiones de azufre, pero un auge en la implantación de depuradores podría significar que se mantenga alta la demanda y el abaratamiento no sea tal.
Otro aspecto es el derivado del mantenimiento de los buques. Varias rutas comerciales podrían verse afectadas por una acumulación de buques en proceso de readaptación, para instalar en ellos un scrubber. La instalación de estos sistemas depuradores tarda hasta seis semanas, algo que puede impactar a la capacidad de transporte de mercancías.
El mayor peligro está en las conexiones Este-Oeste, pues solamente el 17% de los buques que se mueven entre Asia y el Mediterráneo utilizaban este sistema hasta el mes de noviembre, según datos de Drewry. La implantación entre Asia y Norteamérica está en torno al 10%, mientras que las conexiones entre Asia y norte de Europa bajan hasta un 5%. Las embarcaciones que cubren estas rutas por tanto, deberán ser retiradas en los próximos meses y este proceso podría provocar una reducción de la tasa de utilización y el aumento de las tasas de carga.