Tras una temporada en la que la crisis de la Covid ha empañado todo lo demás, las consecuencias del Brexit comienzan a ser palpables en Reino Unido. La escasez de suministros y de personal amenazan al sector logístico y alteran unas cadenas de suministro ya tensionadas.
A Reino Unido le está empezando a pasar factura su decisión de abandonar la UE. Disrupciones como retrasos en los pedidos están generando escasez y han empujado las existencias del comercio minorista a su nivel más bajo desde 1983.
Las razones de que el Brexit esté afectando ahora la cadena logística están claras. Según la crisis de la Covid se disipa y se recupera lo que debería ser la normalidad, se aprecian los verdaderos efectos de esta nueva realidad comercial que afecta a los intercambios entre Reino Unido y la Unión Europea.
Lo que es más, es ahora cuando ambas circunstancias han creado una tormenta perfecta que ha paralizado la cadena de suministro al sumar los problemas de la logística internacional (bloqueos de puertos, escasez de contenedores, descompensación entre oferta y demanda del transporte marítimo…) con los más locales.
En otras palabras, ahora es el Brexit lo que amenaza a la recuperación post-pandemia, dibujando un panorama preocupante para la economía británica.
Escasez de personal
No sólo se trata de que las trabas al comercio provoquen retrasos. El Brexit ha propiciado un descenso del número de inmigrantes e incluso la salida del país de muchos trabajadores. Por si fuera poco, la pandemia paralizó procesos de formación necesarios para afrontar la situación post-Brexit con mejores garantías. Todo esto ha derivado en una escasez de personal, que amenaza especialmente al transporte y a la logística.
En concreto, se estima que hacen falta entre 90.000 y 100.000 conductores de camiones en el Reino Unido. Del mismo modo, hay una falta acuciante de personal de almacén. Esta situación genera un círculo vicioso en el que hay una dura competencia entre las empresas para atraer estos perfiles de empleados, lo que a su vez implica incrementos de los salarios. Empresas como Amazon, DHL y Whistl están destinando incentivos para atraer trabajadores.
Tal es la situación que algunas organizaciones empresariales están pidiendo al Gobierno manga ancha en la interpretación del Brexit para facilitar la contratación y mantener el ritmo productivo.
Escasez de suministros
El resultado de todos estos factores ha llevado a un desabastecimiento de productos que está afectando a tiendas de comestibles, proveedores mayoristas de materiales de construcción, artículos para el hogar o maquinaria de oficina.
En el sector de la restauración la preocupación es máxima. Tanto que McDonalds se ha visto obligada a dejar de servir batidos y demás productos lácteos en sus establecimientos por la falta de existencias. Otra gran franquicia de comida rápida, KFC, se ha visto incluso obligada a cerrar locales debido a la escasez de su materia prima principal, el pollo.
No hay que olvidar que esta situación de falta de suministro se suma a panoramas ya complicados, como el de la industria automovilística, cuya producción lleva todo el año lastrada por la baja disponibilidad de componentes electrónicos, como los semiconductores.
En resumen, Reino Unido se enfrenta a un reto excepcional, especialmente mirando ya a la campaña de navidad, que demandará más personal y mayor agilidad en la cadena de suministro.
Historia de un colapso anunciado
Estas consecuencias del Brexit para el sector logístico británico no es que vengan de improviso. De hecho, en estos años de negociaciones con Europa hubo varios ensayos y mecanismos puestos en marcha de cara a minimizar el impacto del Brexit incluso en los peores escenarios.
A comienzos de 2019, Reino Unido comenzó a cerrar tratos con líneas de ferry europeas para garantizar el flujo de mercancías con Europa y minimizar las retenciones fronterizas, diversificando el tráfico a puertos secundarios para mejorar la resiliencia de la cadena de suministro. Del mismo modo, se realizaron simulacros de atascos de camiones para mejorar el comportamiento de la red de carreteras en torno al Canal de La Mancha.
Con todo, nadie contaba con la irrupción de la pandemia, que a la postre ha actuado como una gran cortina de humo que ha impedido valorar las consecuencias del Brexit para la logística hasta ahora.