El sector del transporte de mercancías es uno de los mayores responsables en las emisiones de gases invernadero que provienen del ser humano. Concretamente, representa cerca del 64% del consumo final de petróleo a nivel mundial, por lo que es importante mantener un firme compromiso para preservar el medio ambiente. Además, para garantizar un futuro sostenible para las nuevas generaciones, la Unión Europea pretende reducir los niveles actuales de contaminación al 40% para el año 2030. Es evidente que sobre las empresas de logística recae una gran responsabilidad para limitar las emisiones contaminantes en todo tipo de transportes, pero, ¿qué se puede hacer para garantizar un transporte más sostenible?
La carretera, la gran asignatura pendiente
El asfalto permite transportar mercancías a prácticamente cualquier localización y aunque en trayectos más largos el avión o el barco resulten más asequibles para las empresas logísticas, siempre es necesario entregar las cargas a sus respectivos clientes mediante el transporte rodado. Estas son las principales razones que explican el elevado número de transportes que se realizan mediante carreteras y, por tanto, el consecuente número de emisiones.
Una de las acciones que las empresas logísticas pueden hacer para reducir los gases contaminantes es la optimización y planificación de las rutas, de manera que estén adecuadas a las condiciones para las que se desarrolle el envío. Es decir, tener en cuenta las horas del día del transporte de manera que no coincida con el mayor flujo de tráfico de la vía, escoger la menor distancia, etc. para así no solo evitar lanzar CO2 al ambiente, sino también para la economización de los repartos. De hecho, en Bilogistik nuestra flota de camiones circula por vías verdes, infraestructuras respetuosas con el entorno, y buscamos rutas que nos permitan reducir el tiempo de trayecto, emitiendo poco CO2.
Además de las propias características del reparto, las empresas de logística pueden mejorar las unidades de carga y envío, haciéndolas más sostenibles y económicas si se realizan con camiones más aerodinámicos, o mediante el uso de neumáticos que reducen el rozamiento.
Asimismo, distintas administraciones por toda Europa están trabajando en modelos verdes de carreteras, bien usando materiales reciclados o también mediante la aplicación de innovaciones técnicas al asfalto que permitirán hacer los envíos, y el transporte en general, más sostenibles.
El mar, la alternativa más limpia
El mar supone cada vez más una interesante alternativa ecológica para el transporte de mercancías. Es cierto que en el transporte marítimo es el gran elegido para las rutas comerciales internaciones, pero también es uno de los métodos más sostenibles.
En primer lugar, la Unión Europea ya está empleando medios para que en el año 2020 los principales puertos de la región europea estén conectados mediante autopistas del mar. Estos corredores marítimos entre puertos que permiten descongestionar las grandes carreteras, pensados para disminuir el impacto ambiental del tráfico rodado y ofrecer un modo de transporte eficiente.
No se emplean para transportes transoceánicos, pero su aplicación en rutas más cortas puede suponer un ahorro de entre el 10% y el 20% para las compañías de logística. Además, este tipo de medidas se pueden combinar con otros nuevos métodos sostenibles, como el uso de gas natural licuado en los buques. Este tipo de carburante es el más respetuoso de todos los combustibles fósiles y además de no contaminar ni el aire ni el agua, reduce las emisiones de CO2 del navío hasta en un 70%.
Otras innovaciones sostenibles
Las últimas innovaciones tecnológicas también pueden ayudar a las empresas de transporte para su aplicación en el transporte sostenible de mercancías.
Un ejemplo de ello es que este mismo verano, la empresa japonesa Kawasaki Kisen Kaisha (K Line) botaba un nuevo car carrier para el transporte de vehículos dotado de más de 900 paneles solares, desarrollados para trabajar en condiciones adversas, capaces de generar toda la iluminación de la cubierta de los automóviles. Se trata del primero de los ocho barcos que la compañía construirá, y que lo convertirán en el barco de transporte más sostenible del mundo.
No es la única innovación, pues otra de las mejoras que están llamadas a revolucionar la logística la está desarrollando la empresa sueca Volvo, con las denominadas carreteras eléctricas. Se trata de una vía dotada de un equipamiento electrónico, muy similar al de un tranvía, que permitirá a los camiones de transportes reducir a cero las emisiones contaminantes y evitará las paradas para cargar las baterías.
Toda medida es poca para lograr una logística ecológica y respetuosa con el medio ambiente, para conservarlo de cara a las nuevas generaciones.