En pleno siglo XXI, la siderometalurgia supone una de las industrias más importantes del sector secundario, pues con ella se obtienen aceros y aleaciones con infinidad de aplicaciones para nuestra vida cotidiana: desde herramientas, partes de electrodomésticos hasta piezas vitales en automóviles como válvulas o cojinetes, por poner varios ejemplos. Dentro de la siderometalurgia encontramos las ferroaleaciones; es decir, aquellas aleaciones de hierro que poseen un elemento constitutivo además del carbón y que se emplean en la industria del acero para mejorar las propiedades de éste, otorgándole propiedades específicas dependiendo del metal que se emplee en la producción. ¿Con qué fin? Se les aplica estos elementos para mejorar su resistencia a la corrosión y también para contrarrestar los efectos negativos del azufre durante el proceso de producción.
Existe un número elevado de ferroaleaciones dependiendo de si tiene como objetivo principal la desoxidación del hierro, o bien de si se pretende aportar otros metales para obtener aceros especiales con características definidas. Entre la gran cantidad de ferroaleaciones, las más comunes en la industria son el ferromanganeso, el silicomanganeso y el ferrocromo, que desarrollaremos a continuación.
Ferromanganeso
El ferromanganeso es una aleación del hierro que se obtiene mediante reducción carbotérmica, una reacción química de minerales a base de óxidos de manganeso. Se utiliza para la fabricación de varios tipos de acero a modo de desulfurante, eliminando las burbujas de nitrógeno que se pueden formar durante la fabricación y reduciendo la cantidad de óxido de hierro resultante en el proceso de producción.
Es un material estable en condiciones normales aunque su contacto con humedad, ácidos o agentes oxidantes produce óxidos metálicos que pueden ser dañinos en una exposición prolongada. Según la normativa europea, no se trata de un elemento peligroso para el transporte aunque hay que tomar precauciones para no propagar polvo de esta ferroaleación, pues es contaminante e irrita las vías respiratorias.
Ferrosilicio
El ferrosilicio es una aleación compuesta por hierro y silicio con un contenido que oscila entre el 40% y el 80%, resultando este porcentaje la diferenciación de calidad del producto. La obtención de esta ferroaleación se lleva a cabo mediante la reducción del sílice a través del carbón de coque en presencia de mineral de hierro en altos hornos. Entre sus aplicaciones destaca su uso como desoxidante en la producción de aceros inoxidables, así como para la producción de magnesio a través de un proceso especial denominado Pidgeon.
Al igual que el ferromanganeso, hay que tener precaución con el polvo durante el transporte, pues además de ser altamente nocivo para el medioambiente, también produce irritaciones en las vías respiratorias. El ferrosilicio tiene la característica de producir hidrógeno cuando entra en contacto con la humedad, pudiendo llegar a producir explosiones o deflagraciones. A su vez, las impurezas de esta aleación pueden generar arsina y fosfina, dos elementos muy tóxicos que pueden producir envenenamiento.
Ferrocromo
Es una aleación que se obtiene a partir de la reducción del mineral de cromo o cromita y que supone el uso de más del 90% de la producción total de dicho mineral. Esta ferroaleación está clasificada en el sector en función de su contenido en carbono, distinguiéndose entre ferrocromo carburado (del 4% al 10%), ferrocromo afinado (del 0,5% al 4%) o ferrocromo superafinado (del 0,01% al 0,5%) y donde cada tipo posee una aplicación distinta.
El cromo es un elemento fundamental del acero inoxidable, su principal aplicación, ya que favorece el endurecimiento de estos materiales y mejora la resistencia al desgaste. Entre los riesgos está la posibilidad de que reaccione con algunos ácidos y produzca hidrógeno, aunque no está catalogado como mercancía ni material peligroso.
Como hemos visto, este tipo de materiales requieren un tratamiento especial tanto a la hora de manipularlos, almacenarlos, como de transportarlos, ya que, por sus características, pueden tener consecuencias nocivas tanto para el personal que trabaja con ellos como para el medioambiente. Y, como se puede suponer, estas características especiales hacen de las ferroaleaciones productos relativamente caros.
Para trabajar con este tipo de materiales hay que contar con empresas especializadas. Es el caso de Bilogistik, especialista en el transporte de todo tipo de cargas, incluidas las que requieren una manipulación especial, incluso las peligrosas. ¿La razón? Porque contamos con la maquinaria y la tecnología necesarias para la manipulación y el transporte de este tipo de materiales, ya sea por tierra o por mar. En el caso del transporte marítimo, colaboramos con diferentes compañías navieras y fletamos buques (completos o parciales) de graneles con todo tipo de materiales, en especial productos férricos y ferroaleaciones. Además, y en cuanto a las cargas de ferroaleaciones, contamos con pólizas flotante y seguros especializados para asegurar a nuestros clientes un servicio de calidad, ágil y adaptado a las necesidades de su producto.