Cuando a una persona se le pregunta por un megacamión, a la mente le pueden venir dos imágenes: una más real, la de esos vehículos enormes que cruzan las carreteras americanas o australianas a toda velocidad, o una más cinematográfica, el brillo espectacular de Optimus Prime en las películas de Transformer. Ambos tienen en común sus grandes dimensiones y con ellas —ya refiriéndonos en términos de transporte— la gran cantidad de carga que pueden mover y el ahorro que supone. De esto hablaremos en nuestro post.
Los megacamiones (o megatrucks, como se les llama internacionalmente) son vehículos de dimensiones gigantescas (los que circulan Australia pueden llegar a medir 53,5 metros). Estos “monstruos de la carretera” o “trenes de carretera”, como los han denominado más de uno, resultan muy útiles en sus aplicaciones comerciales. En EEUU o Australia son toda una realidad consolidada, pero en Europa no ocurre lo mismo: hay países como Finlandia y Suecia que fueron pioneras en su utilización (por las carreteras suecas circulan desde 1995), en las carreteras de Dinamarca, Holanda, Noruega y Portugal también se ven; se están haciendo pruebas de circulación en Alemania y en Francia, y en otros países como Reino Unido, Austria o Suiza, su circulación no está permitida.
Los megatrucks en España
¿Y qué pasa en España? Por las vías españolas ya es posible ver este tipo de vehículos desde que Tráfico estableciera los requisitos para autorizar la circulación de los megacamiones por carretera el pasado 12 de abril. Un mes antes, concretamente el 2 de marzo, se realizó con éxito la primera prueba en vía abierta al tráfico entre las provincias de Madrid y Segovia, lo que ha dado el pistoletazo de salida para la utilización de estos grandes camiones.
La Dirección General de Tráfico se refiere a ellos como “vehículos en configuración euro modular EMS (European Modular System)” y son más pequeños que sus hermanos de las antípodas. En concreto, una longitud máxima de 25,25 metros y de 60 toneladas de masa máxima. La carga no podrá sobresalir de la proyección de planta del vehículo y deberán circular por autovía, autopista o carreteras convencionales con calzadas separadas para ambos sentidos de la circulación. También especifica que en caso de que sea necesario para llegar al lugar donde el megatruck realiza las operaciones de carga y descarga se podrán incluir vías convencionales de una única calzada.
En la nota de la DGT de presentación de la normativa para estos vehículos también está la clave, mejor dicho, las claves para la utilización de los megacamiones en España: “El objetivo de este tipo de conjuntos de vehículos es mejorar la eficiencia y la seguridad en el transporte por carretera, a la vez que permitir un funcionamiento más competitivo de los mercados”.
Y es que, tal y como apuntan expertos, la capacidad de carga que tienen (recordemos que es hasta 60 toneladas), permitirá reducir los costes en el sector logístico (se apunta que puede ser de hasta un 30%), se reduciría el tráfico de vehículos pesados, al mismo tiempo que ayudará a la conservación del medio ambiente, por una menor emisión de CO2. Para avalar esto último están las cifras estimadas por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, ANFAC, que estiman en un beneficio anual de 700 millones en términos de reducción de emisiones de CO2. Es más, la misma asociación estima un ahorro de 110 millones de euros en logística en la industria de automoción.
Megacamiones, ¿sí o no?
Como todo lo nuevo, los megatrucks tienen sus partidarios y sus detractores. Para unos, las infraestructuras nacionales (carreteras, cruces, aparcamientos, etc.) no están pensadas ni capacitadas para el mantenimiento ni el uso de este tipo de transporte de mercancías. Sobre todo, para que estos vehículos lleguen a los polígonos, centros logísticos y empresas que se encuentren alejados de la red principal. En resumen, que se necesita coste de preparación y mantenimiento para que en ciertas vías puedan circular sin problemas.
Por el contrario, en el lado positivo se sitúan las grandes empresas de distribución que ven en los megacamiones una gran oportunidad para reducir los costes de transporte. De hecho, hay firmas como Carrefour y Mercadona que ya emplean este tipo de vehículos.
¿Funcionará en nuestro país este nuevo medio de transporte de mercancías? El tiempo lo dirá.