El transporte por carretera sigue siendo hoy en día una de las opciones más utilizadas para la distribución de mercancías, por la facilidad para llegar hasta casi cualquier punto (cosa que mediante barco o ferrocarril no siempre es posible). Además, en los casos en que el recorrido más largo se realiza por ferrocarril o mar, suele haber un componente de intermodalidad, ya que el traslado hasta el punto de entrega (lo que se conoce como «última milla») generalmente se realiza por carretera.
Teniendo en cuenta que el transporte por carretera es responsable de una gran cantidad de las emisiones que las actividades humanas lanzan al medio ambiente, las empresas de logística debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad para evitar aumentar los niveles de contaminación. Pero, ¿qué podemos hacer para evitarlo?
Optimización de rutas
Una buena manera de reducir las emisiones de CO2 consiste en realizar una buena planificación de las rutas, teniendo en cuenta numerosas variables, como son el tipo de vehículo, la carga, el momento del día —no es lo mismo realizar el transporte en hora punta que en horas valle—, la distancia, el tipo de carretera, la velocidad media… Aunque a priori nos pueda parecer que la ruta más corta es la más ecológica, la realidad nos muestra que no siempre es así.
Por este motivo, existen modelos de cálculo que contemplan los diferentes escenarios posibles, analizan toda la información disponible y ofrecen varias alternativas para realizar una ruta, teniendo en cuenta todas las variables, para poder escoger la mejor en función del CO2 que se estima que emitirá cada una.
Además, el beneficio no es solo medioambiental, sino que escoger rutas más eficientes trae consigo un menor consumo de combustible, con el consiguiente ahorro económico.
Carreteras o vías verdes
Aunque todavía no son muy comunes, las Administraciones empiezan a ser conscientes de los numerosos beneficios de las carreteras o vías verdes. Pero, ¿en qué consisten exactamente?
Podríamos decir que las carretas verdes o ecológicas son las que tienen en cuenta un impacto mínimo en el entorno al definir su trazado y que estudian cuál será el manejo de las aguas que caen sobre ella —especialmente si hay ríos o lagos en sus inmediaciones—. Otro factor que se tiene en cuenta para considerar ecológica a una vía es que durante su construcción se utilicen materias recicladas, como puede ser el caucho de los neumáticos. De esta manera, además de disminuir la producción de asfalto, se utilizan las llantas desechadas de vehículos que, de otra manera, no tendrían una segunda vida.
Además, el uso del caucho reciclado para construir las carreteras nos lleva al cuarto punto que se tiene en consideración: el ahorro de energía en su construcción y durante su uso. Es innegable que la utilización de materias recicladas reduce la cantidad de energía necesaria para fabricar la carretera; pero es que el caucho, además, hace que la carretera sea más duradera, por lo que exige menos reparaciones, y proporciona mayor adherencia a los vehículos.
Así mismo, se están probando diferentes materiales para reducir emisiones y aprovechar energía; en Madrid, por ejemplo, se ha añadido óxido de titanio al asfalto de una vía —concretamente, la calle Martín de los Heros—, una sustancia que puede eliminar hasta el 90% de las emisiones contaminantes en un día soleado y un 70% en días nublados. Y en Reino Unido, 120 carreteras utilizan el sistema Astucia Solar Lite, que aprovecha la energía del sol para producir la electricidad necesaria para la iluminación nocturna de las vías.
Un reto para las empresas de transporte
Está claro que la sostenibilidad es uno de los grandes retos de las empresas logísticas. Somos conscientes de nuestra responsabilidad en la emisión de gases de efecto invernadero y en el impacto que nuestra actividad provoca en el medio ambiente. Por este motivo, en Bilogistik llevamos tiempo utilizando vías verdes y buscando las rutas que nos permitan elegir los trayectos con menores emisiones de CO2, reduciendo, además, los tiempos de recorrido. Nuestro compromiso con el entorno que dejamos a las generaciones futuras es firme.